En los últimos años se han podido ver una serie de animes de muchos géneros, que si los vemos desde un punto de vista una tanto objetivo quizás carezcan de sentido y una narrativa lineal bien lograda; la intención no es criticar ninguna de estos animes sea cual fuera el género que fuesen, pues de sobremanera respetamos el criterio y el gusto de cada uno y eso es algo intocable, pero si cabe resaltar aquellos aspectos notables y relevantes que sin duda caracterizan a JAPON SE HUNDE: 2020 la cual según muchos portales especializados está dando “mucho de qué hablar”.
En tiempos en donde pareciera que el mundo en verdad tiende a irse por un caño…problemas económicos, desequilibrio social, intolerancia racial, cambio climático y como no una reciente pandemia, aparece esta obra que nos recuerda lo vulnerables e indefensos que somos los seres humanos ante la omnipotente madre Tierra.
Todo empieza en un país al que en verdad le hemos tomado mucho cariño…JAPÓN, haciendo referencia de inmediato a un gran acontecimiento deportivo que debía darse este año las OLIMPIADAS TOKIO 2020, sin embargo en lo que parecía un verano hermoso lleno de esperanza y alegría, la tierra empieza a temblar, siendo esto algo usual en un país que de alguna forma está acostumbrado a ello. Aparecen entonces los protagonistas de esta historia: una joven atleta llamada AYUMO quien de a poco va madurando en su personalidad conforme sobrevive a los acontecimientos y la pérdida de sus seres queridos y otros conocidos, GO es su hermano, con un gran sueño de convertirse en profesional de los videojuegos y quien con el pasar de la serie crece de igual forma en su carácter, valorando cada vez más los momentos vividos junto a sus padres y los detalles que estos tenían con él, KOICHIRO, padre de los dos personajes mencionados, cariñoso, responsable y muy ilustrado muere de forma sorpresiva y temprana…MARI, de nacionalidad filipina, es la esposa de Koichiro y madre de Ayumo y Go, esta se presenta como una mamá cariñosa, dulce y protectora, capaz de sobrellevar el peso de la responsabilidad ante los duros retos que de a poco se van dando en el camino por intentar sobrevivir.
Desde el principio, se puede sentir la tensión a la que vamos a ser expuestos durante toda la serie. De una forma muy predeterminada por los guionistas, el final de cada capítulo nos lleva a un estado de incertidumbre y expectativa que muy poco se puede apreciar hoy en día; es que los acontecimientos toman un giro inesperado sobre todo con la muerte (o no) de alguno de los protagonistas, desdibujando así por completo las típicas tramas donde se espera que los intérpretes tengan todos un bonito final feliz.
Un argumento bastante realista y convincente nos envuelve en una historia que hoy por hoy, podemos sin duda identificarnos con ella, pues nos muestra de una forma cruda y sincera lo endebles que somos no solo ante la fuerza de la naturaleza sino además ante nuestro propios miedos y más profundos temores…es una gran enseñanza ante la arrogancia que la humanidad ha acumulado durante muchos años.
El final de la serie nos muestra como la esperanza y la paz siempre llegan y las cosas de alguna forma siempre pasarán…sin embargo jamás volverán a ser iguales.
JAPON SE HUNDE: 2020 nos da una gran lección de humildad, valor y respeto hacia aquellas cosas que pensamos están dadas y siempre estarán ahí…como nuestros seres queridos, nuestros amigos o la comodidad de nuestro hábitat, algo que sin duda hoy más que nunca en la vida real nos estamos dando cuenta lo frágiles que son.
Si eres fan del anime japonés y al mismo tiempo quieres disfrutar de momentos de tensión, expectativa y de paso envolver tus sentidos con la expectativa de saber a qué nos podríamos enfrentar (sobre todo si el mundo sigue como esta) JAPON SE HUNDE: 2020 es una gran elección…..¡100 RECOMENDABLE!.
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